miércoles, 23 de enero de 2013

El Valor de la Poesía en el Aula



Por: Judith Castillo M.

La literatura lleva impresa en sí misma  un alto valor social,  ha sido así desde la etapa clásica y lo seguirá siendo a menos que la imaginación deje de existir y que el hombre inmerso en los afanes y en la nueva cosmovisión se deshaga de  ese medio que lo acerca a lo inimaginable y por el  que crea y habita nuevos mundos. A través de las vivencias, las letras se convierten en  “un testimonio irremplazable de la variedad de experiencias propias del ser humano” (Rodríguez, 2008).

Partiendo del contexto anterior, se puede decir que son múltiples las manifestaciones literarias y por lo tanto,  se han dedicado innumerables estudios con el objetivo de  clasificar las diferentes obras partiendo de sus características específicas con el fin de abordar en una forma amplia el aporte que realizan y las cualidades que las distinguen.

Es de esta manera, que surgen los géneros literarios[1], los cuales tienen sus inicios en la etapa clásica  cuando  Aristóteles retoma los aportes realizados por Platón y establece tres parámetros por medio de los cuales se pueden clasificar las obras literarias.  Los medios de imitación: ritmo (poesía), canto (drama) y verso (epopeya), los objetos que imitan: el hombre superior (tragedia y epopeya), el hombre inferior (parodia, ditirambo y comedia), los modos de imitación: narrativo (epopeya, parodia), dramático (tragedia, comedia) y lírico (poesía) (Aristóteles, 1946). Para el autor, los géneros se distinguen según el modo de imitación; que se deriva a su vez de quién es la persona que habla.

Hoy centraré mi atención  en uno de los géneros esbozados en la poética que hace uso de un lenguaje expresivo, caracterizado por su ritmo y musicalidad, un  escrito  que se usaba antiguamente para ser cantado y se distinguía de los otros géneros porque expresaba los  pensamientos más sublimes, los sentimientos y las emociones  escondidas de su creador. “La Poesía" En ella, la imitación se caracteriza por  la dicción y la armonía, es el canto que en la antigüedad se acompañaba con la flauta, la cítara o la lira y que aún en esta época  afina la sensibilidad. pensar en ella y en su valor, me lleva a reflexionar   en cuanto a la imperiosa necesidad de hacer uso del poema en las aulas de clases “como un medio para embellecer la realidad” (Aristóteles, 1946) que propiciaría el acercamiento  de los  estudiantes a la literatura desde el punto de vista estético, formando jóvenes “más sutiles, menos obvios, más profundos, más aptos para descubrir otros sabores y otros olores; otros mundos” (Rodríguez, 2008)

En la actualidad el uso de la poesía  se ve limitado  por las actividades expuestas en el texto del área de lengua castellana, el mensaje escrito en las tarjetas elaboradas para las celebraciones especiales como lo son: día de la madre,  maestro y de la mujer. También podemos encontrarlos en las recitaciones  memorizadas por los estudiantes para las izadas de bandera,  desvinculándose de manera directa con la lectura diaria, las producciones escritas significativas,  las acciones del plan lector o con el mero goce del deleite que se experimenta al leerlos debido al  valor del ritmo y  la musicalidad  de sus palabras.

Uno de los objetivos de  la educación es formar jóvenes integralmente procionándoles los estímulos necesarios con el fin de desarrollar sus habilidades  en cada una de las dimensiones del ser. La imaginación y la creatividad a su vez hacen parte activa de éste propósito y se articulan con la misión del maestro y de la escuela de propiciar ambientes donde los estudiantes experimenten, creen y se deleiten en el uso de la palabra “La mente es una. El uso libre de todas las posibilidades de la lengua no representa más que una de las direcciones en que puede expandirse” (Rodari, 2008).

La lectura y producción escrita de poesías como parte de la dinámica de la clase, más que la solitaria memorización, apuntará a alcanzar el  objetivo planteado anteriormente ya que  permite o posibilita en el estudiante figurar su pensamiento (Rodríguez, 2008), volviéndolo metafórico y  con matices que le permitirán  al infante observar todo aquello que antes  pasaba por desapercibido ante su visión y facilitándole la capacidad de establecer semejanzas y diferencias al hacer uso de las analogías como una forma de descubrimiento yy posibilitando en él  una  manera particular de mirar la realidad.

La poesía es una forma literaria que en los ambientes educativos del  país demanda ser valorada ya que  desde que nacen los infantes se encuentran en contacto con ella, escuchan poemas  y  canciones hechos por sus madres, memorizan rimas y  completan palabras teniendo de esta manera  sus primeros acercamientos a  este género tan exquisito. Dejarlo  en el olvido  es permitir que la sensibilidad de un paso atrás y se pierda  el sentido estético de la literatura en la infancia.

 Bibliografía
Aristóteles. (Agosto de 1946). De Poética Aristóteles. Londres: Clasical Texts.
Rodari, G. (2008). Gramática de la Fantasía: Introducción al Arte de Inventar Historias. Buenos Aires: Nuevos Caminos.
Rodríguez, F. V. (2008). Defensa de la Enseñanza de la Literatura. Didáctica de la Literatura (pág. 23). Barranquilla: Norma.
Valero, A. L. (1998). Hacia una Conformación Histórica de la Didáctica, la Lengua y la Literatura. Madrid: Colección Universidad Complutense.








[1]Aristóteles en su obra “La  Poética”,  los define como  las unidades poéticas de imitación que actúan como puentes entre la realidad y la ficción literaria.


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