jueves, 26 de octubre de 2017
miércoles, 14 de agosto de 2013
Del Sentido de Educar
Cierto día dediqué parte de mí ejercicio como maestra a “contemplar” a mis estudiantes y descubrí que la esencia por la cual se encuentran formados es la misma, son analíticos, creyentes naturales, amorosos por excelencia, hábiles al perdonar, ávidos de conocimiento, hipotéticos, reflexivos, grandes exploradores, inquietos e investigadores, los mejores lectores y llenos de una singularidad que los identifica y define.
De todas las características que visualicé llamó particularmente mi atención el ser"Singulares". Sí, esa esencia que los hace únicos y que me permitió proyectarlos como los mejores comunicadores, artistas, músicos, militares, bailarinas, maestros, actores, científicos, ingenieros, arquitectos, escritores y pensadores. Puedo decirles que los percibí así, uno a uno y aunque son treinta no fue nada difícil. Al meditar en ello comprendí que son tan diferentes y al mismo tiempo, sentí tanto temor al pensar que esa cualidad poco a poco se pierde en medio de otra que hábilmente trata de quitarle su valía, su distinción y me refiero a la temible “homogeneidad”.
Concibo la educación como ese arte que conforma gran parte de mi razón de existir. Para mí es un arte porque a través de ella me doy, expreso, comunico, siento y viajo inmersa en emociones. En varias oportunidades cuando pienso en esa sagrada pasión solo puedo concluir que soy lo que hago y amo lo que soy. Creo que esa es la razón que me conduce a levantar mi voz en esos momentos en que con dolor noto como el academicismo abrumador, la rotulación excesiva, la evaluación homogénea, los programas académicos descontextualizados, la ausencia de las artes y las prácticas deshumanizantes de un profesor hacen que se vuelva difusa el verdadero sentido de la pedagogía.
Que como maestros tengamos la sabiduría de un niño para poner alas y no mutilar, que seamos el medio para que con los años otras vidas encuentren razones y motivaciones, que seamos tan seguros de nuestro actuar que eso sea lo que esas vidas que llegan a nuestras manos deseen emular y que recordemos que es imposible educar con una pedagogía homogénea a niños y jóvenes singulares.
"Ser maestro es esa posiblidad que tenemos de ayudar a otros a cimentar las bases de su destino"
domingo, 28 de julio de 2013
El Poder de las Raíces
Codazzi, Montería, Villavicencio, Cartagena, Barranquilla, Santa Marta, Bucaramanga y Carmen de Bolívar fueron los destinos turísticos de algunos familiares y amigos durante las últimas vacaciones. Las bondades de la tecnología me permitieron leerlos en la distancia y advertir la felicidad que sentían al disfrutar de la magia que para cada uno de ellos desprenden estos lugares. De igual manera, pude percibir cierta nostalgia para quienes el recorrido es un poco más extenso pero que en su corazón sienten la misma necesidad de regresar a su tierra.
Hago mención de lo anterior, porque pienso que retornar a nuestro pueblo o ciudad, es como percibir una fragancia que despierta las emociones y nos conduce a cruzar ese puente que une el pasado y el presente. En esos lugares en que nacimos o fuimos acogidos por adopción, vibra el poder de nuestras raíces y no se si te sucede igual que a mí, pero, al recorrerlos siento que cuentan mi historia y he llegado a conmoverme al pensar que con el paso del tiempo se convierten en fiel testimonio de mi pasado.
Si crees que estas palabras no son más que el resultado de una aparente nostalgia, te diré que si, y retomaré para admitirlo esta frase del compositor guajiro Rafael Manjarréz “El que nunca ha estado ausente no ha -sufrio- guayabo, hay cosas que hasta que no se viven no se saben” y es que hay que vivirlo para comprender por qué mi tía Lira aprovecha cualquier oportunidad para hacer resonar en Bogotá las notas de un paseo que dice“Tierra de placeres, de luz, y alegría, de lindas mujeres, Carmen tierra mía” y luego no hay nada más sublime que verla bailar con suma elegancia, cadencia y una mezcla de melancolía, orgullo y felicidad. Y no solo ella acude a mi pensamiento, evoco también a un valiente que en toda ocasión manifiesta aún en la tierra más lejana un profundo amor por su país al batir con gran emoción los colores de su bandera.
Diversas son las razones que conduce a una persona a salir de su región o de su patria y paradójicamente al encontrarse lejos de ella, esos detalles que parecían comunes y escasos de importancia toman el carácter de valiosos cuando se les extraña. La apariencia de una calle, el sabor de la comida, la compañía de ese amigo que anteriormente veías casi todos los días, las costumbres y reuniones familiares, los sonidos del amanecer y hasta el olor de la tarde, parecen tan necesarios para ti cuando ya no los tienes.
Para el Joe Arroyo (QEPD), el nombre de Barranquilla significa “La esperanza de la vida”, escuchar esa frase en su canción me llevó a cuestionarme en cuanto al significado que tiene para mí el nombre de mi terruño. Pero, antes de llegar a ella debo darme un paseo por el pueblo de los abue, El Carmen de Bolívar. Un mágico lugar en el que para poder comprender lo que transmite solo tienes que tener en él tus raíces. Allá laten las fibras del amor de mis padres y bajo su sol caminaron y corrieron sus frutos. Visitarlo es tener un encuentro con mi genealogía.
Ahora sí, puedo detenerme en la siguiente estación. El grupo Bananas hace algunos años requirió estar privado de su libertad para contemplar la hermosura de su cielo. Yo requerí salir a escribir mi historia para dotarla de un mayor significado. Llegar a ella para mí significa andar sobre terreno seguro, y esta, no es una frase irónica producto de la ola de inseguridad que por estos días la caracteriza. No, en mi tierra están sembrados mis anhelos, mis ilusiones y florecerán mis sueños. Debido a esto, es mi terreno seguro. Lo mejor de vivir lejos de su encanto es llegar y sentir que soy yo.
Pasarme unos días en Quilla es despertar en mi casa, saludar a mi padre en las mañanas, escuchar Radio Tiempo, dejar que las horas sigan su curso y no hacer nada, sentarme en la terraza con mis hermanas y deleitarme con las ocurrencias de mis sobrinos. Es admitir que aunque el tiempo pase las buenas amistades nunca se olvidan, sentir el abrazo de las personas que me quieren y enojarme frente a la falta de cuidado y de sentido ciudadano de aquellas que no valoran su progreso. Pasear por sus calles es querer detener el tiempo y cerrar mis ojos en la setenta y dos con treinta y ocho con el fin de sentir el susurro de una brisa que sabe a rio y a mar o perderme en el eco de la sonrisa de una compañía que me secunda para salir a tomar esas provisiones que requiero para cuando vuelva a mi realidad.
Que maravilloso es saber que lo sencillo se convierte en esencial y desear capturar para ti esos instantes que la vida te regala y que te servirán de sostén en esos días que están por venir donde quiera que te encuentres. Cuan significativo es mirarte dos mil seiscientos metros más cerca de las estrellas en una ciudad que abrió sus puertas para recibirte, donde te deleitas en medio de un paisaje hermoso y te preparas para un futuro y poder sonreír al allegarte a los recuerdos que solo pueden grabar en tu corazón tu tierra y tu gente.
“siento un palpitar de alegría en mi pecho, bellos sones de mi tierra llegan con el viento. Emociones van dulce es mi lamento y en tu luna currambera bailan mis recuerdos” Cielo de Encanto-Grupo Bananas
lunes, 6 de mayo de 2013
miércoles, 1 de mayo de 2013
Blog Red Internacional de Cuentacuentos: Convocatoria V Encuentro Iberoamericano de narrado...
Blog Red Internacional de Cuentacuentos: Convocatoria V Encuentro Iberoamericano de narrado...: IBERCARIBE 2013 Valledupar – Riohacha – Santa Marta Agosto 19 al 24 La Corporación Sociocultural EMCULTUR (Colombia), invita a nar...
26 a Feria Internacional del Libro de Bogotá
Hay quienes afirman que los libros pronto desaparecerán, que los prefieren digitales o en el peor de los casos que ya nadie lee. La fotografía que acompaña ésta nota, a mi parecer dice todo lo contrario. Fue tomada uno de esos días de la semana anterior, en los que las puertas de Corferias se abrieron para recibir a capitalinos y visitantes en la 26a Feria Internacional del Libro de Bogotá.
Al visitarla, encontré las últimas ediciones de la revista "Nuevas Hojas de Lectura" de Fundalectura que tanto me contagiaron en mis inicios como maestra de amor por la literatura infantil, la colección completa de cuentos de Anthony Browne, los primeros cuentos que leí como animadora de lectura, un gran número de niños que hacían fila para tener un libro autografiado por el autor Celso Román y eventos muy atractivos organizados por las mejores editoriales. Es fascinante ver como en un sólo lugar puedes hallar gran parte de tus intereses.
Uno de los mejores momentos lo viví cuando caminé por el muelle de Puerto Colombia, sentí la magia de Bocas de Cenizas y reviví una noche de tamboras en la Plaza de la Paz, mientras mis ojos y memoria se deleitaron al observar el pabellón 18 en el cual se le rinde homenaje a mi Barranquilla, bajo el título honorífico " Capital Americana de la Cultura 2013", escuché a varias personas conversar sobre la riqueza cultural y patrimonial que se daba a conocer entre obras de Gabo, Cepeda y Obregón. En ese instante, el regionalismo que me caracteriza desde que vivo en ésta ciudad afloró al ensancharse mi corazón de orgullo Barranquillero.
Por otra parte, caminé sin prisa por más de cuatro horas, me despojé de esas prendas de vestir que tanto me pesan y a las cuales no me he podido acostumbrar. Disfruté de un sol maravilloso, vi como familias enteras se reunían en torno al calor de un libro y convertían cualquier espacio en un bosque encantado, castillo o casa en el árbol.
Cuando el cansancio apareció, me senté frente a una linda fuente para dejarme impactar por la gran cantidad de personas que compraban sus entradas para ingresar, por aquellos que se aglutinaron en la plazoleta de comidas y que hicieron que se prolongaran mis ansias de almuerzo y por la voz que anunciaba el lanzamiento del libro de Pirry. Ésta experiencia que me regalo cada año, no es más que un testimonio del lugar que ocupa el libro y la lectura en nuestra sociedad.
lunes, 29 de abril de 2013
Visita de "La Rodante"
Como bien lo explican ellos, "La Rodante" es un grupo de animadores de lectura, cuenteros, músicos y algo más. También, es un proyecto de viaje. Bueno, es un grupo que proyectó un viaje, y que al empezar a caminar, entendió que es un proyecto de vida y que el viaje recién empieza.
Dedicaremos éste espacio a resaltar la labor de nuestros amigos Alejandro Bluhn y Elisabet Willems, más conocidos como Ale y Lisi. Ellos salieron hace un año y cinco meses de la ciudad de Rosario (Santa Fe, Argentina). Sí, la misma tierra del Che y de la pulga Messi.
Hoy nos despedimos y sabemos que nos volveremos a reunir para cantar, contar y andar otros caminos.
Pronto estarán en Venezuela y si te los encuentras algún día no dudes en acercarte para que puedas contagiarte de su magia como nosotros lo hicimos.
Un abrazo cuentero.
jueves, 28 de febrero de 2013
lunes, 18 de febrero de 2013
Del Pasatiempo a la Pasión
Existen
pasatiempos que cuando los realizamos en forma habitual, se convierte en algo más que
una simple afición. Hoy les hablaré de ese entretenimiento que con el paso de
los años tomó el carácter de pasión en
mi vida “La escritura”.
Siempre he dicho que uno de mis grandes anhelos
es aprender a escribir y reconozco que requiero de una mayor disciplina para
lograrlo. Pero, no hay nada que me cause mayor satisfacción que saber que puedo
eliminar el cansancio, huir del sueño, sentirme dueña de la noche o de esos
minutos del día en los que me escapo para regalarme la posibilidad de caminar entre palabras acompañada de frases que
evoco por alguna circunstancia y que me impiden concentrarme en un
aspecto hasta que por medio de un
esfero, el teléfono celular, el primer lápiz, servilleta o cuaderno que
encuentre puedo darle forma.
Ella, se
convirtió a través de expresiones
sencillas en una gran amiga y
aunque escribo menos de lo que pienso, cuando lo hago mi mente se libera
de la agonía que produce el paso de las horas, y disfruto al recoger mi cabello, despojarme de
los aretes y sentarme frente al ordenador a conversar con esa voz que habita en mi interior y que cuando la escucho se materializa en signos que
al unirse cobran vida.
Hay
instantes en los que escribo para mí y es maravilloso abrir el cofre de los recuerdos, darle
prioridad al placer de sentir,
caer presa en la profundidad del silencio, en todo aquello que sólo se
puede percibir, en las huellas que la existencia misma me ha dejado y en la
sublime forma de las palabras que poco a poco se entretejen para formar un
hermoso tapiz. En ocasiones, la escritura surge como la posibilidad de hacer un
alto en la monotonía de los días y me dedico a observar el exterior,
para guardar en mi pensamiento imágenes
que se combinan con esas palabras que reposan en algún lugar y ese sutil descubrimiento,
me permite capturar los momentos cotidianos y enmarcar con palabras cualquier suceso que se presenta frente a mí. También, escribo para preservar en líneas
algunas de las experiencias que vivo en ese mundo que inventé y en el que viajo
inmersa en las emociones, y, me refiero a esa otra pasión “Mi vocación”. Cualquiera que sea
el motivo por el que escriba, cuando lo hago, logro recrearme, perderme en otro universo y
hallarme en el dulce sabor de escribir.
La
escritura es para mí, un devenir de sensaciones. Me gusta tener encuentros con
ella cuando la soledad me cobija, la
felicidad me envuelve o la nostalgia y la melancolía me embargan. Podría decir que, la uso como
medio catártico para deshacerme de ideas que circundan mi cabeza o como la
forma perfecta para levantar mi voz y hacer un llamado frente a esos asuntos
que hacen parte de nuestra realidad social.
Aunque, una de las formas en las que más logra cautivarme es cuando se
me viste de pedagogía y logra
capturarme en torno a esos temas de la
educación que tanto me interesan y que tienen que ver con la manera cómo
concibo la sagrada responsabilidad que tengo de ser maestra.
Ser amiga
de las letras y llevarme bien con la escritura me da la posibilidad de organizar
esas ideas vagas que asaltan mi mente, de afinar mis sentidos, eliminar
distancias, centrar la atención en aquellos detalles que bajo otro
prisma podrían tener la connotación de secundarios y que dejan de ser volátiles
cuando me doy a la tarea de apresarlos. Le agradezco a la escritura el hecho de
ser uno de los medios para conservar mi capacidad de asombro y por ello, gran
parte de los textos que escribo dejan entre ver esa devoción que siento hacia la familia, los amigos, la naturaleza y el amor.
Quienes
me han leído, dicen que fácilmente podría dedicarme al periodismo y que es muy
cómodo para mí emplear la crónica como
medio de expresión. Yo, sólo puedo decir
ante eso, que me deleito al relatar en
forma cronológica un suceso y que no me es para nada difícil
organizarlo de tal manera que pueda conducir a otra persona de la mano mientras
se lo presento en forma escrita. Creo de manera ferviente, que la escritura no puede existir sin la
lectura, porque cuando escribo textos de tipo académico y la utilizo como
experiencia previa tengo la capacidad de
argumentar con mayor fluidez. De igual manera, considero que en mi deseo
de producir literatura, una de mis limitantes ha sido el poder salirme
de mí. Lo cual, puede obedecer a un problema de escucha, de conexión con esa otra
voz que tiene consigo el autor, y que le da la oportunidad de dar un soplo de
vida a los personajes que habitan en él.
Me gusta
leerme en voz alta, una y otra vez. Puesto que, es así como bajo mi criterio, el
ejercicio de la re-escritura alcanza un mayor valor y el producto final su
esplendor. De la misma forma, me llena de alegría compartir lo que escribo y
ver que los textos invitan a sus lectores (los miembros de mis redes sociales)
a reaccionar frente a su lectura. Deseo
que ésta pasión, se consolide en mí como un gran talento. Para conseguirlo, sé
que debo mostrarle lealtad y continuar otorgándole un lugar privilegiado en mi vida, porque, junto a ella me conozco, imagino, sueño y
encuentro.
martes, 12 de febrero de 2013
Mentores y de los Mejores
¿Cuándo empezó todo esto? Fue la pregunta que me hice hace algunos días mientras observaba uno que otro libro que me acompaña desde mi época de estudiante universitario y los cuales han sobrevivido a todos los inventarios de mitad y final de año, tiempo en el que me deshago por tradición de todo aquello que ya no me es de utilidad.
Esa noche empecé a buscar entre mis recuerdos y me encontré con un grupo de personas que se encargaron de formarme desde muy niña para ser lo que soy “Una Maestra”. La primera de ellas, alguien a quien siempre admiré por su hermosa caligrafía, su estilo “Palmer” al escribir, quien me enseñó la importancia del buen lenguaje, del uso de nuevas palabras, la adecuada pronunciación y los beneficios de la lectura y del diccionario. Al pensar en esos años, puedo verla narrándome historias, transmitiéndonos a mis hermanas y a mí ese amor que sentía por sus raíces, por ese pueblo que hasta el final de sus días amó y extrañó. Ella, rompía la distancia haciendo uso de telegramas, donde a través de frases cortas y sencillas nos deseaba lo mejor. Mayo, mi abuela y primera maestra quien me heredó desde pequeña sin que lo advirtiera su pasión por las letras. No fue necesario para mí tenerla en un aula ya que aprovechaba cualquier situación para enseñarme por medio de ejemplos sencillos y cotidianos.
Pero alguien más llegó para dejar su huella en mi camino y fue el profesor de segundo de primaria, llamado Freddy a quien recuerdo con un pantalón café, y una camisa a cuadros. De él me impactó su simpatía, la sonrisa con la que nos recibía y las historias que nos leía en voz alta. Qué maravilloso era verlo con el libro en la mano caminando por el salón o corrigiendo nuestros dictados y haciéndonos concursos de ortografía. De él, rescato lo ameno que puede ser un gran maestro sin llenar de terror.
Pasa el tiempo y me encuentro con la academia y la memorización, rodeada de hombres en el taller de mecánica industrial, y en medio de todo esto él, mi querido profesor Meza el encargado de enseñarme la importancia del deporte, la disciplina y dedicación en el logro de los objetivos. Llegaba cada tarde en su bicicleta para ayudarnos a combatir con unos monstruos llamados “Romi” unos tornos que mantenía como nuevos y que mis compañeros y yo de su mano aprendimos a manejar.
Pasa el tiempo y me encuentro con la academia y la memorización, rodeada de hombres en el taller de mecánica industrial, y en medio de todo esto él, mi querido profesor Meza el encargado de enseñarme la importancia del deporte, la disciplina y dedicación en el logro de los objetivos. Llegaba cada tarde en su bicicleta para ayudarnos a combatir con unos monstruos llamados “Romi” unos tornos que mantenía como nuevos y que mis compañeros y yo de su mano aprendimos a manejar.
Y, esos lentes que estoy viendo en estos momentos sólo pueden pertenecer a ella...Patricia, Masbel y Diannys también los recordarán; son de la profesora Elena Meza, la conocí por cosas de la vida en el Sofía Camargo y por uno que otro profesor del ITIDA que para este relato no clasificó. Ella “Elena la grande” con sus labios maquillados de rojo y su imponencia y seriedad al caminar. Muy pocas sonrisas adornaban su rostro, pero la caracterizaba su amor hacia la literatura. Si me la encontrara hoy le agradecería por exigirme exponer sin fichas o ayudas en la mano, por enseñarme a ordenar mis ideas, por ser la profesora sólo de literatura, por motivarme a expresar en público, por todos los ensayos, resúmenes y obras que nos hacía escribir. Con los años he aprendido que esa ha sido mi clave y que su instrucción fue fundamental para ayudarme a desarrollar habilidades que creía no tener.
Continúo rebuscando en mis sentidos y me tropiezo con alguien que cuando tenía nueve años me llamó su amiga y a los diecisiete junto a su auto color plateado me regaló uno de los consejos que ha guiado mi vida. “En las difíciles pruebas, puedes tomar dos caminos: te dejas llevar por la tristeza y sucumbes frente al dolor, o triunfas y te elevas a pesar de la aflicción…Yo sé que tú eres de esas personas que triunfarán en la vida Judith” Mi recordado Dr. Leonidas Oyaga y médico familiar a quien conocí muy niña gracias a mi tía Hono, pienso en él y recuerdo el olor a almuerzo recién preparado de la clínica la Asunción. En cada cita tenía una frase, un obsequio de esos que le dejaban los visitadores médicos y que pasaban a ser de mi propiedad. Con su vestimenta impecable, sus manos pulcras y amor por la medicina mucho me transmitió.
Partiendo de lo anterior, puedo decir que mi vida ha estado llena de maestros, aunque el mejor de todos lo tuve en casa, si, allí vive mi mayor “Mentor”, él, mi padre, quien llegaba al hogar con sus ojos llenos de lagrimas y nos contaba que uno de sus alumnos tenía los zapatos rotos y al pasar los días lo escuchaba decir que lo había invitado a hacer uno que otro trabajo con él en su taller o a almorzar con nosotros. En repetidas ocasiones lo vi aconsejar a jóvenes que tenían dificultades en sus hogares y que corrían el riesgo de perderse en medio de ellas. Hoy en día son grandes profesionales y creo que fue por la figura de mi papá en sus vidas como “maestro pastor” ya que siempre estuvo allí, dándoles más que una clase. Él me enseñó que no puedo estar por debajo de lo que requiere mi vocación. En la actualidad conversamos y aunque un sin número de generaciones han pasado por sus manos aún mantiene fervor por su profesión.
Pero no todo termina en este momento porque llega la universidad, la indecisión al elegir la profesión, iniciar estudios de Ingeniería y después de tres semestres darme cuenta que por los Sistemas, Hardware y Software no sentía pasión. Identificar mi vocación y elegir vivirla como la he vivido hasta hoy. Que día al conversar con una amiga le decía que me siento en deuda con unas personas que me dieron a conocer lo que significa tener ética profesional y es lo que me producen mis admiradas maestras de pre-grado la primera de ellas me contagió de su amor por los cuentos, a ella le debo todo el dinero que he ganado en estos 12 años, sembró en mí el deseo por hacerme especial en un aspecto de mi profesión, con ella aprendí a tener una sonrisa, a que no me diera miedo cantarle a mis estudiantes, jugar con ellos, estar en el piso y sentir la magia y la energía que puedo compartirles a través de mi voz. Lina Brugés con /g/ no con /j/ Gracias, porque a través de ti los cuentos llegaron a mí. El día de la inauguración de mi centro de lectura tú serás la invitada de honor. Liliana Castro y Judith Peña ambas grandes y maravillosas cada una en su hacer, yo seré como ustedes en las aulas de educación superior. Fueron quienes me invitaron a investigar, a sentir el disfrute de los textos académicos, del análisis y la redacción. Ustedes fueron mis mentoras cuando apenas empezaba a conocer los vestigios de este mundo que me inventé.
Sumado a todos ellos, un maestro que conocí en el 2007 y desde entonces a través de la palabra y la pasión que demuestra por la educación es un gran ejemplo a seguir Fernando Vásquez Rodríguez, con su didáctica de la literatura me enamoró en ese taller que dictó en cuatro sesiones en Comfamiliar de la 44 en Barranquilla. Aunque no me conoce, fue el encargado de ampliar mi visión, me contagió de gusto e interés por la lectura y la escritura. Hoy por hoy leo su blog y me invita por medio de sus escritos a transmitir y contagiar de la buena educación. Junto a él mis dos admirados maestros de la especialización Gilberto Rodríguez, el de la mirada dulce y sonrisa de niño, el que lee en voz alta y nos lleva a conocer otros mundos, el que me dijo que escriba y yo le respondí que cuando lo aprendiera a hacer. El profe Gilberto, él me enseñó a capturar momentos y a leer la vida. Por último mi gran modelo, desde que la vida me regaló la bendición de conocerla, pienso en ella y quiero emularla cuando sea grande. La maestra que desborda pasión, ética, amor, convicción y deleite por el arte de enseñar. Ella es una de mis artistas favoritas la profesora Gloria Rondón, quien se ha convertido en una de mis mentoras gracias a su práctica en el aula, su ejemplo me ha permitido planear la ruta que seguiré de aquí en adelante, ella me reconfiguró la didáctica.
Por último el gran Mentor de todos mi amado Dios, el que guía mis días y me hizo así como soy. Él me reveló una mañana estando con mi mami aquí en Bogotá que podía ser maestra, él me tomó de su mano y me dijo “Éste es el camino”. Todos ellos me llevan a sentir un profundo agradecimiento por la huella que han dejado en mí. Hoy los encontré mientras tenía un buen número de tareas por realizar y no me lograba concentrar porque como Jechu éste dinosaurio estaba dando vueltas en mi cabeza, fue especial hacer un alto en mi rutina y darme el gusto de dejarme llevar por la magia de la escritura. Esa misma que une el pasado y el presente y aunque no hallé respuesta a mi pregunta si sé que todo esto pudo haber empezado al conocer personas que hoy llamo “Mentores” y que como yo sienten pasión por las aulas y la educación.
miércoles, 23 de enero de 2013
El Docente Mediador en el Proceso de Lectura
La
misión del maestro en
cualquier nivel de educación, es crear ambientes significativos que lleven al estudiante a construir su
conocimiento. “El desarrollo es un
proceso socialmente andamiado, mediado, asistido y guiado en el que, en
consecuencia, el papel de la educación
y de los procesos educativos es
crucial” (Vygotski, 1978). El
ser humano en su proceso de formación se desarrolla en cada una de sus etapas
gracias a la ayuda que le brindan las personas que se encuentran a su
alrededor, desde su nacimiento interactúa en un mundo que le proporciona las
herramientas necesarias para su aprendizaje. Parafraseando a Vygotsky podría
decirse que en el desarrollo cultural del niño toda función aparece dos veces
inicialmente en forma social para luego dar paso al aprendizaje de tipo
individual.
El aprendizaje de la lectura es uno de los alcances más significativos del
ser humano. Es por ello que el contexto juega un papel determinante en la
adquisición de las habilidades lectoras determinando en cierta medida el tipo de
acercamiento y experiencia que vivan los estudiantes en sus diferentes etapas
de desarrollo con los textos. La literatura en esta medida pasa a ser el
elemento a través del cual se propician este tipo de experiencias.
Es
claro que a todas las personas les gusta que les cuenten historias. Si
observamos en forma detallada a los niños, nos damos cuenta que aún cuando no
se han apropiado del código escrito y no han logrado decodificar los signos
gráficos, expresan su necesidad por conocer qué dice el texto o qué historia se
cuenta en él. En edades más avanzadas, en el momento en que el niño comienza a
perder interés por la lectura, es cuando surge la necesidad de reflexionar en
torno a la importancia del docente como
mediador, debido a que es él quien tiene la misión de enriquecer la historia
lectora de cada uno de sus estudiantes y de formarlos como lectores críticos.
En
los últimos años el papel del docente mediador ha cobrado gran importancia en
la formación de hábitos y habilidades lectoras. Con respecto a lo que es ser
maestro mediador en procesos lectores retomaré a Pedro Cerrillo, quien dedica gran parte de sus
investigaciones a definir lo que implica ser mediador “El mediador es el puente
o enlace entre los libros y esos primeros lectores que propicia y facilita el
diálogo entre ambos” (Cerrillo,
2002).
Esta
mediación es de gran importancia ya que son los adultos los encargados de
acercar a los niños y jóvenes a la literatura y a “recurrir a su experiencia
para interpretar los sucesos narrados, de modo que se fomenta la tendencia a
imaginar historias y a buscar significados […] un niño tiene el doble de
posibilidades de ser lector si ha vivido esa experiencia” (Colomer, 2002)
Frente
a la figura del maestro como mediador (Colomer,
2004) comprende la mediación como “la intervención” que realiza un adulto para
acercar a los lectores a los textos con el propósito de conseguir una comunidad
altamente alfabetizada. Este adulto ha de estar lo suficientemente preparado
para que dicha intervención sea exitosa. Para esta autora, la misión del
docente radica en acercar el texto al estudiante de una manera agradable,
dejando de lado los formalismos de la lengua y propiciando momentos en los que
la lectura sea un espacio de disfrute
para el estudiante y que posibilite encuentros en los que se pueda entablar una
conversación formal en el aula de clases.
El Valor de la Poesía en el Aula
Por: Judith
Castillo M.
La literatura lleva impresa en sí
misma un alto valor social, ha sido así desde la etapa clásica y lo
seguirá siendo a menos que la imaginación deje de existir y que el hombre
inmerso en los afanes y en la nueva cosmovisión se deshaga de ese medio que lo acerca a lo inimaginable y
por el que crea y habita nuevos mundos.
A través de las vivencias, las letras se convierten en “un testimonio irremplazable de la variedad
de experiencias propias del ser humano” (Rodríguez, 2008).
Partiendo del contexto
anterior, se puede decir que son múltiples las manifestaciones literarias y por
lo tanto, se han dedicado innumerables
estudios con el objetivo de clasificar las
diferentes obras partiendo de sus características específicas con el fin de
abordar en una forma amplia el aporte que realizan y las cualidades que las
distinguen.
Es de esta manera, que surgen los
géneros literarios[1], los
cuales tienen sus inicios en la etapa clásica cuando Aristóteles
retoma los aportes realizados por Platón y establece tres parámetros por medio
de los cuales se pueden clasificar las obras literarias. Los medios de imitación: ritmo (poesía),
canto (drama) y verso (epopeya), los objetos que imitan: el hombre superior
(tragedia y epopeya), el hombre inferior (parodia, ditirambo y comedia), los
modos de imitación: narrativo (epopeya, parodia), dramático (tragedia, comedia)
y lírico (poesía) (Aristóteles, 1946). Para el autor, los géneros
se distinguen según el modo de imitación; que se deriva a su vez de quién es la
persona que habla.
Hoy centraré mi atención en uno de los géneros esbozados en la poética que hace uso de un lenguaje
expresivo, caracterizado por su ritmo y musicalidad, un escrito que se usaba antiguamente para ser cantado y
se distinguía de los otros géneros porque expresaba los pensamientos más sublimes, los sentimientos y las
emociones escondidas de su creador. “La
Poesía" En ella, la imitación se caracteriza por la dicción y la armonía, es el canto que en la
antigüedad se acompañaba con la flauta, la cítara o la lira y que aún en esta época
afina la sensibilidad. pensar en ella y en su valor, me lleva a reflexionar en cuanto a la imperiosa necesidad de hacer uso del poema en las aulas de clases “como un medio para embellecer la realidad”
(Aristóteles, 1946) que
propiciaría el acercamiento de los estudiantes a la literatura desde el punto de
vista estético, formando jóvenes “más sutiles, menos obvios, más profundos, más
aptos para descubrir otros sabores y otros olores; otros mundos”
(Rodríguez, 2008)
En la actualidad el uso de la poesía se ve limitado por las actividades expuestas en el texto del
área de lengua castellana, el mensaje escrito en las tarjetas elaboradas para las celebraciones especiales como lo son: día de la madre, maestro y de la mujer. También podemos encontrarlos en las recitaciones memorizadas por los
estudiantes para las izadas de bandera, desvinculándose de manera directa con la lectura
diaria, las producciones escritas significativas, las acciones del plan lector o con el mero
goce del deleite que se experimenta al leerlos debido al valor del ritmo y la musicalidad de sus palabras.
Uno de
los objetivos de la educación es formar jóvenes integralmente procionándoles los estímulos necesarios con el fin de
desarrollar sus habilidades en cada una
de las dimensiones del ser. La imaginación y la creatividad a su vez hacen parte activa
de éste propósito y se articulan con la misión del maestro y de la escuela de
propiciar ambientes donde los estudiantes experimenten, creen y se deleiten en
el uso de la palabra “La mente es una. El uso libre de todas las posibilidades
de la lengua no representa más que una de las direcciones en que puede
expandirse” (Rodari, 2008).
La poesía
es una forma literaria que en los ambientes educativos del país demanda ser valorada ya que desde que nacen los infantes se encuentran en
contacto con ella, escuchan poemas y canciones hechos por sus madres, memorizan
rimas y completan palabras teniendo de
esta manera sus primeros acercamientos
a este género tan exquisito. Dejarlo en el olvido es
permitir que la sensibilidad de un paso atrás y se pierda el sentido estético de la literatura en la
infancia.
Bibliografía
Aristóteles. (Agosto de 1946). De Poética Aristóteles.
Londres: Clasical Texts.
Rodari, G. (2008). Gramática de la Fantasía: Introducción
al Arte de Inventar Historias. Buenos Aires: Nuevos Caminos.
Rodríguez, F. V. (2008). Defensa de la Enseñanza de la
Literatura. Didáctica de la Literatura (pág. 23). Barranquilla: Norma.
Valero, A. L. (1998). Hacia una Conformación Histórica de
la Didáctica, la Lengua y la Literatura. Madrid: Colección Universidad
Complutense.
[1]Aristóteles en su obra “La
Poética”, los define como las unidades poéticas de imitación que actúan
como puentes entre la realidad y la ficción literaria.
viernes, 18 de enero de 2013
Punto de Vista
http://www.panoramio.com/photo/32718297 |
Hoy me atrapó la realidad al cruzar un puente, si, mientras mis ojos contemplaban sobre la avenida séptima una de las mejores vistas de éste lugar. Entre el poder de las montañas, la magia que desprende la espesura de sus bosques y el olor a pino fresco me encontraba, contemplando como éste paisaje poco a poco se mezcla con la figura abrumadora de enormes, modernas e “inteligentes” construcciones colmadas de una singular suntuosidad.
Recorrí la plataforma con el característico paso apresurado que lleva implícito el sello del temor que marca las horas “pico” de ésta metrópoli, pensando que la ciudad no es más que un firme propósito de alejar al hombre de su naturaleza. Deseé detenerme, sacar mi teléfono celular y capturar la imagen de un hermoso árbol que apareció frente a mí. Pero, fue mucho mayor la desconfianza y la huella de las constantes noticias producto de la inseguridad social que caracteriza a esta urbe que ya por varios años me ha adoptado y que he aprendido en mínima medida a conocer. Así que, preferí grabarlo en mis recuerdos y no exponerme a perder mi ahora indispensable instrumento de comunicación.
No había terminado de descender cuando hice un alto “mental” y mi pensamiento registró algunas de esas imágenes que dejé atrás y de las cuales no pude disfrutar por el afán de tomar un transporte para llegar a casa o el miedo que me produce el estar sola en medio de la calle al caer la noche. Al desplazarme en la buseta acompañada por miradas desconocidas, me pregunté ¿por qué la maldad ha ganado tanto terreno en la vida del hombre?, ya es común despertar y escuchar titulares cargados de decadencia, engaño, venganza o dolor y día tras día un grupo cada vez mayor se vuelve indiferente frente a ello.
Para algunos la cotidianidad transcurre sin mayores contratiempos en medio de la rutina que se desprende de un sitio de trabajo, las responsabilidades familiares y uno que otro evento de carácter social y esto quizás ocurre porque hay realidades que no llaman a nuestra puerta. Otros, luchan tal como lo hace los arboles por sobrevivir junto al dominante emporio de la construcción frente al sin sabor que trae consigo la conducta humana despiadada, la mano que hiere a toda una familia, el sufrimiento que solo puede vivir una madre cuando le causan daño a su hijo, las vidas que las riñas sin sentido acaban, la mente que maquina destrucción y el padecimiento de todo un pueblo cuando lo que se siembra en él es quebranto.
También hay quienes solo somos espectadores en este viaje de retorno a casa y en el instante que nos toca vivir alguna de esas situaciones que hoy por hoy corroe a la sociedad es que empieza a perder frialdad nuestro corazón y reconocemos la imperiosa necesidad de dar lo mejor de nosotros aunque no todo vaya bien en la sociedad.
viernes, 4 de enero de 2013
El Poder de la Gratitud
Hace unos días mientras hacía
maletas para regresar a Bogotá después
de unas merecidas vacaciones en mi querida Barranquilla, encontré una caja de
cartón decorativa que había llevado con
algunos objetos para el viaje, la cual me pareció muy linda y no quise tirar
a la basura. Así que, llamé a una de mis sobrinas y se la entregué, al tomarla en sus manos, la observó, luego me
regaló uno de esos abrazos que expresan más que sus palabras y me dijo “Gracias
Tía”. Su actitud de agradecimiento hacía mí y el aprecio que le otorgó al obsequio que para otra persona podría ser de muy poca valía,
me llevó a meditar en torno a esa palabra que pienso lleva inmersa en sí misma
un poder especial y es “Gracias”.
Quienes se han dedicado a
estudiar sobre la gratitud la llamaron “La
ley de la cosecha” y es que cuando somos verdaderamente agradecidos, es como si
sembráramos una semilla que no sabemos cómo ni cuándo germinará. Al inventariar
mi vida un día advertí que aquellas bendiciones por las que más agradezco
nunca me han faltado y por el contrario cuando
me preocupo, afano, pido demasiado, quejo o dejo que la desesperanza se
apoderé de mí por aquello que deseo y no tengo lo único que logro es atribularme.
Hace algunos años viví una experiencia
que tiene mucho que ver con el agradecimiento y sus consecuencias. Fue una
época muy difícil en su momento y aunque tenía mucho por lo que agradecerle a
la vida, no lo hacía y centré mi pensamiento, esfuerzos y emociones en todo lo
que no había llegado y quería. Pasé meses pensando en el futuro y mirándolo de
la manera más trágica que alguien tan dramático como yo puede hacerlo. La
consecuencia fue una enorme amargura interior, puedo decir que no disfrutaba de
nada, ni de mi familia, trabajo, amigos o sencillamente de las bondades que
cada día me regalaba. Una noche conversando con un amigo en la terraza de mi
casa, me dijo que en la universidad le
habían pedido que leyera un libro llamado “El presente” yo lo desconocía, él me
lo trajo y tardé muy poco en terminar de leerlo, pero menos en reconocer que mi actitud me estaba
haciendo daño. Así que establecí aspectos por mejorar y uno de ellos fue agradecer
frecuentemente por detalles pequeños y
sencillos de los que podía disfrutar como: percibir la brisa al caminar por la calle,
escuchar, llegar a casa y encontrar a mi familia, tener un lugar en el cual
trabajar, ser el medio para enseñar a los niños, sentir el agua en mi cuerpo,
disfrutar de los sabores, contar con alimento diario, tener la lluvia, los
rayos del sol, la compañía de mis hermanas, un lugar para dormir, etc. Nada de esto
se lo pedía a Dios y todos los días lo tenía, así que el agradecer por ello
trajo consigo no sólo la paz si no la
confianza que necesitaba para asumir mi presente como un regalo y llenar
mi vida de esperanza en lugar de
desesperación.
En esta tierra hay de todo y para
todos, si nos detenemos a mirar todo alcanza, desde el cielo que nos cubre, los
árboles que brindan sombra, las flores que crecen sin que se lo pidamos… en fin…
“Hay de todo y para todos” cuando pensamos de esta manera dejamos de darle cabida
al egoísmo y en su lugar la gratitud
florece al contemplarla en todas
las bendiciones con las que contamos sean
grandes o tan pequeñas como una caja
decorativa de cartón, porque de ellas nos servimos diariamente.
Que conservemos en el transcurso de éste nuevo
año esos sentimientos que trae la navidad y que nos conducen a dar de diferentes formas de acuerdo a nuestras
creencias a los seres que nos rodean, que contemos con la actitud de recibir
para ponernos en la frecuencia de nuestros deseos, porque todo lo que deseamos
puede llegar, que regalemos desde nuestro pensamiento bendiciones a quienes nos
rodean los conozcamos o no y que sigamos
tomando de la mano a la gratitud para que con su maravilloso poder siga manifestándose
en nuestro camino .
martes, 2 de octubre de 2012
Proyecto #1
El día de hoy, compartiremos con
ustedes todo lo que aprendimos en compañía de nuestros padres y profesoras al
investigar sobre estos interesantes y pequeños animales que habitan con nosotros para que aprendas más sobre ellos y te
diviertas así como mis compañeros y yo lo hicimos.
¿Cómo nace nuestro proyecto?
Un día en la hora de dirección de
grupo Miss Caro y Miss Judith nos leyeron una historia llamada “Un Encargo
Insignificante” el cual trata de un grupo de niños a quienes su profesora les
da una responsabilidad al iniciar el año escolar, y a una niña le corresponde
cuidar una hormiguita. Al finalizar la historia, hablamos tanto de los insectos
y teníamos tantas preguntas que las
profesoras nos propusieron que investigáramos sobre los insectos.
Nos preguntamos muchas cosas
como:
·
¿Qué insectos podemos encontrar en el pre-escolar?
·
¿Por qué no hay casi mariquitas?
·
¿Los caracoles son insectos?
·
¿Para qué le sirven las antenas a los insectos?
Para conocer sobre los insectos y
los bichos lo hicimos de ésta manera
1. EXPLORAMOS NUESTRO COLEGIO
En esta etapa nos divertimos en
el jardín de pre-escolar, primaria, nuestros salones, las canchas y la huerta
buscando insectos con nuestras lupas para saber quiénes viven con nosotros.
Tomamos fotografías de todos los que encontramos y conocimos el nombre de
algunos.
2. NOS CONVERTIMOS EN INVESTIGADORES Y MAESTROS
Suscribirse a:
Entradas (Atom)